febrero 22, 2025

La apuesta por la multipolaridad y el rol de los Brics


Por Soledad Buendía Herdoíza * -.


En un contexto internacional marcado por el dominio histórico de las potencias occidentales en instituciones claves como el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial (BM) y las Naciones Unidas la coalición informal de los Brics (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) emerge como un actor trascendental en la búsqueda de un orden multipolar. Este bloque, que representa aproximadamente el 40% de la población mundial y más del 25% del Producto Interno Bruto (PIB) global en términos nominales, se ha consolidado como una coalición de economías emergentes que busca redefinir las estructuras de poder globales.

Los Brics han logrado posicionarse como un pilar clave del comercio y la inversión internacionales. Con un peso económico significativo, este grupo está redefiniendo los flujos comerciales y las cadenas de valor globales. Su importancia radica no solo en su capacidad productiva, sino también en su cooperación financiera, ejemplificada por la creación del Nuevo Banco de Desarrollo (NDB). Este banco representa una alternativa a las instituciones financieras tradicionales, ofreciendo financiamiento para proyectos de infraestructura y desarrollo sostenible sin las condiciones que suelen imponer organismos como el FMI.

Además los Brics han explorado mecanismos para reducir la dependencia del dólar estadounidense, promoviendo el uso de monedas locales en el comercio. Este enfoque busca fortalecer la soberanía financiera de sus miembros y minimizar los efectos de las fluctuaciones monetarias internacionales.

En el plano geopolítico los Brics actúan como una voz unificada del Sur Global, promoviendo un orden internacional más equilibrado y cuestionando las sanciones económicas unilaterales y las políticas de intervención. En un mundo donde las tensiones entre potencias se intensifican los Brics han abogado por un enfoque más inclusivo y multipolar en la toma de decisiones globales.

El impacto de los Brics en América Latina es evidente, especialmente a través de Brasil, que actúa como puente estratégico entre el bloque y la Región. Brasil no solo representa los intereses latinoamericanos dentro de los Brics, sino que también facilita la participación de la Región en iniciativas globales. La influencia de China es particularmente destacada, siendo el principal socio comercial de muchos países latinoamericanos e invirtiendo en sectores clave como infraestructura, minería y energía. Por su parte, India está ampliando su relación económica y tecnológica con la Región, mientras que Rusia y Sudáfrica buscan establecer vínculos en áreas específicas como el petróleo, el litio y las alianzas culturales.

La apuesta de los Brics por la multipolaridad ofrece tanto oportunidades como desafíos para América Latina. Por un lado, el bloque abre nuevas puertas económicas y diplomáticas, diversificando las alianzas internacionales de la Región y reduciendo su dependencia de potencias tradicionales como los Estados Unidos y la Unión Europea (UE). Por otro lado, esta relación exige estrategias sólidas para evitar una dependencia excesiva de los Brics, especialmente de China.

El éxito de esta asociación también dependerá del papel de Brasil como líder regional. Si Brasil adopta un rol activo en las dinámicas regionales puede potenciar los beneficios de la relación con los Brics y fortalecer la posición de América Latina en el sistema internacional. Sin embargo, las tensiones internas dentro del bloque, como la competencia entre China y Rusia por influencia en la Región, podrían complicar la cooperación.

Los Brics representan una iniciativa clave en la transición hacia un orden internacional más multipolar. Su impacto en América Latina es innegable, ofreciendo una oportunidad para que la Región diversifique sus relaciones internacionales y participe en nuevas dinámicas globales. Sin embargo, para maximizar estos beneficios, América Latina debe desarrollar estrategias que equilibren su integración con los Brics y mantengan su autonomía en un entorno internacional cada vez más complejo. La multipolaridad es una apuesta audaz, pero también una necesidad para construir un futuro más equitativo y sostenible.


*       Exasambleísta ecuatoriana.

 

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